POR MAC. LILIÁN GONZÁLEZ
El diseño Industrial en México ha ido evolucionando y desgraciadamente veo cada vez mas a los diseñadores ilusionados en convertirse en firmas de prestigio que venden objetos de estéticas refinadas con materiales costosos, para mercados de alto nivel. Las ferias, mercados, bienales, festivales han ido impulsando esta postura, sin embargo la parte positiva y de la que la mayoría se sostiene, es la de impulsar a los artesanos mexicanos, su tradición, su mano de obra y su riqueza visual. Esta parte realmente es valiosa, sin embargo el beneficio se reparte a pocas familias; ¿Cuántas personas tienen el poder adquisitivo para comprar estos productos que han sido reinventados por los diseñadores? Hablamos de un nicho realmente reducido, por lo tanto el beneficio de estos productos a la sociedad o el impacto que generan es realmente acotado. Creo que el diseño debe de tener una visión que sacuda a las masas y a la industria, es decir que realmente genere un cambio social para beneficio de muchos y no de unos cuantos que ya de por sí se encuentran en zonas privilegiadas.
El diseño Industrial no nació para ser objeto de arte solamente, la función del arte es la de reflexionar, cuestionar, denunciar, generar impacto en la sociedad para abrir camino al diálogo y despertar al mundo de su letargo. El objeto puede crear este vinculo con el arte, mas no deberá ser su única salida; ya que le sirve al diseño para su nacimiento, su creación, su clímax, para lo sublime del objeto, pero debe haber un aterrizaje y generar otro impacto, no menos importante y es la de generar objetos que mejoren la calidad de vida de las personas. Esto tan sencillo de describir es un mundo de posibilidades; la realidad es un reflejo del objeto y viceversa, Oscar Wilde decía “el arte no imita la vida, es la vida la que imita el arte” y en este sentido creo que la sociedad se configura a partir de los objetos y aquí radica su importancia para reconfigurar las estructuras sociales.
Ahora veamos cuáles son los objetos que compra la mayoría de la población en México; los que viven en ciudades compran muebles en Elektra, Coppel, Chedraui, Walmart, en mercados, con el carpintero de la esquina, muebles usados y esa es realmente la estética de México, NO las tiendas de prestigio de la Roma, Polanco, Condesa, Palacio de Hierro, ni la plaga de tienditas boutique que hay en las zonas de mayor plusvalía. ¿Por qué apostar a abrir una tienda boutique? ¿Por qué no mejor hacer lo que nos toca como diseñadores y realmente crear un impacto en la sociedad mexicana? en tiempos tan difíciles de tanta violencia y de un gobierno mediocre, el país necesita de nuestra ayuda. La industria mexicana necesita del buen diseño, de los buenos creativos para catapultar a México.
Creo en la intelectualidad del mexicano, en su perspicacia y su creatividad, por qué no usar estas mentes para generar un cambio y dejar de estetizar a las casas mexicanas de los sectores privilegiados, hay que meterse a las raíces del pueblo y crearles un entorno digno. Habrá que voltear a ver a los que sí están haciendo algo por México, que las luces de los escenarios iluminen a los activistas, a los Sociólogos, Antropólogos, Arquitectos, Médicos, a los diseñadores que no solo se han preocupado por meterse en las comunidades y pagarles a pocas familias su mano de obra, sino a los que realmente han generado un gran impacto en esas comunidades y sus alrededores.
Hay que voltear a ver otra vez a los países desarrollados y ver como sus diseñadores ya no están preocupados sólo por el estrellato y los objetos impagables, sino que están inmersos en la comunidad generando cambios importantes y mejorando la calidad de vida de muchos. Me gustaría que los diálogos y las reflexiones ya no giraran en torno al buen concepto y a la estética admirable, sino también al IMPACTO SOCIAL que puede generar el diseño sobre la sociedad. Tenemos industria, tenemos gente que sabe trabajar pero no existe la cultura de tener despachos de diseño o diseñadores que quieran trabajar en estas grandes industrias o pequeñas empresas para rescatarlas y crear competencia global, generar empleos que tanta falta hacen, dignificar a los mexicanos que huyen de la insoportable pobreza e injusticias.
Diseñadores, México los necesita fuera de los escaparates, los necesita en la industria, pero también en el campo, en las grandes ciudades y en los pequeños poblados, no podemos dejar que el gobierno haga todo por nosotros, México nos pertenece, es nuestra casa, no la del gobierno.
Primero que nada muy bueno tu articulo concuerdo contigo en algunas partes pero en otras no. Creo que como dices se debe de crear un impacto social con nuestros diseños sin embargo no creo que tenga algo de malo que los diseñadores quieran y/o tengan ilusiones de crear una firma prestigiosa de diseño, tanto existen este tipo de diseñadores como existen los que quieren impulsar a los artesanos y ninguno tiene visiones equivocadas.
También creo que en lugar de estar peleado estos dos tipos de diseño, porque no aspirar a crear algo en conjunto? No se podrá que los diseñadores aspiren a tener una firma prestigiosa que impulse el diseño social?
No estoy peleada con las firmas de prestigio como lo mencionas. Creo que así es como se ha dado a conocer el diseño en México y por eso ha crecido. Tampoco creo que el diseño con artesanos sea diseño social, de hecho en el posteo anterior hago una crítica en ese sentido.
Sin embargo, sí declaro que no todo el diseño debe estar centrado y pensado hacia un camino espectacular, museístico o de tiendas boutique (como sucede actualmente y es evidente).
Finalmente concuerdo que se puede conjuntar el diseño social con el impacto que genera una marca de prestigio o la industria misma (este sería su apalancamiento).
Gracias por comentar!